Después de dejar el teatro Queen’s en West End ayer por la noche, el más joven de los Jonas Brothers se metió en un coche con Samantha Barks, que lucia un par de botas altas y un vestido multicolor.
El cantante no tenía nada de qué avergonzarse, sin embargo ambos trataron de esconderse inutilmente de los paparazzi detrás de los asientos delanteros del coche.
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